jueves, 27 de enero de 2011







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domingo, 23 de enero de 2011

Querido Alejandro Sanz: En internet no existen las dictaduras


Por Eduardo Arcos el 23 de Diciembre de 2010 en Destacadas, Internet, Legal, Libertad de expresión, Política.
Querido Alejandro Sanz,

Con sorpresa y debo aceptar, algo de tristeza, he leído hoy el artículo que envió a El País con relación al rechazo de la Ley Sinde en el Congreso por medio de un proceso “express” que al final resultó fallido. Sorpresa por la cantidad de inexactitudes, adjetivos peyorativos, cuasi-insultos y ataques tanto a políticos como a personas “comunes y corrientes” como yo. Tristeza porque un texto como el suyo llegue a ser publicado en un medio con tanto prestigio.

Hay tantas incongruencias en su texto que me cuesta bastante saber por dónde empezar, pero hagámoslo por aquí:

Creo que muchos de ellos, aun sabiendo que era una ley justa, votaron en contra por conveniencia o por cobardía

Usted se equivoca a nivel fundamental y a nivel práctico. La Ley Sinde pretende crear un camino rápido para que una comisión (es decir, un grupo pequeño de personas) tengan el poder de cerrar sitios web sin pasar por el proceso judicial. No puede hablar de leyes justas cuando esta pretende quitar exactamente ESE elemento y darle ese poder a un sector con intereses muy pero muy particulares.

También asegura que muchos de nosotros creemos que su trabajo es nuestro. En concreto dice:

Estos desubicados son los que creen que mi trabajo y el de todos los trabajadores de la industria musical les pertenece sin más y son los que apoyan a los otros, que son los peores

¿Es necesario generalizar y llamarnos “desubicados”? Es complicado mantener cierto nivel de seriedad cuando le resulta tan fácil usar un medio como El País para insultar (acción que condena cuando el afectado es usted) a un grupo muy grande de personas y acusarlos de acciones que no han cometido. Cuando una persona decide compartir una copia de una canción que usted ha grabado, no la está robando, no se la está quitando y no está privándole de su uso (le recomiendo encarecidamente ver este video de un minuto que lo explica de las maneras más simples y sencillas).

Lo que en realidad sucede es lo siguiente: usted pertenece a una industria que se ha negado a cambiar. Que durante años se ha convertido en un “ente” necio a proporciones épicas que pretende que los consumidores obtengamos sus obras solo y unicamente de la manera que ellos consideran que se debe hacer. Su industria parece ser la única que desconoce la reglas más básicas a la hora de vender su producto, aquella que dice que el consumidor es el rey.

La industria audiovisual al darse cuenta que sus clientes no se acomodan a su modelo de negocio caduco (el vender CDs, DVDs Blu-Rays o cualquier otro medio físico a precios exorbitados), decidió empezar una campaña que ya ha durado más de diez años:

* A nivel político, por medio del lobbying, (si nos centramos en España este fue evidenciado por las filtraciones de Wikileaks),
* A nivel publicitario por campañas en radio, televisión, impresos y en el cine en que se criminaliza a una persona por, lamentablemente, no tener la misma preferencia de consumo de las discográficas y pretender compartir una canción en internet.
* A nivel legal, donde hay cientos de ejemplos. El más claro y con mayor repercusión: Napster. Su industria en vez de darse cuenta que los consumidores respondían positivamente a la distribución digital de contenidos decidió irse en contra del modelo demandando, amenazando y cerrando el servicio. Pero Alejandro, usted y yo sabemos que después de Napster la industria cambió para siempre.

Entonces, querido Alejandro, pongamos una situación hipotética: si yo fabrico automóviles y los pinto únicamente de color verde y me doy cuenta que casi nadie los compra porque hay una persona que los vende de segunda mano en color azul, inmediatamente empiezo a fabricarlos de ese color, ¿verdad? Bueno, su industria optó por demandar al señor que los pintaba de azul, cerrarle el negocio e intentar pasar una ley que criminalice a cualquiera que tenga la osadía comprar el coche en un color diferente.

Pero lo que más me ha afectado es que usted crea que en internet hay una dictadura. Le explico algo: eso es imposible. El internet por diseño desde su concepción hasta el día de hoy es un espacio extremadamente flexible pero fundamentalmente neutral (y vaya que estamos peleando para mantenerlo así). Por lo tanto no es posible que existan dictaduras. No es posible que un poder en particular domine y nos obligue a los otros a actuar acorde. Otra cosa es que la gran mayoría de personas que le han manifestado en Twitter sus ideas no estén alineadas con las suyas.

¿Sabe cómo se le llama a eso? Democracia.

Tener ideas diferentes a la de usted, el responderle directamente a los insultos que propina en Twitter, en artículos de periódicos de gran circulación nacional (como El País) el hacerle saber que está equivocado es justamente lo contrario al fascismo. Es simple y sencilla libertad de expresión.

Cuando usted eligió abrir una cuenta de Twitter y verter sus pensamientos en 140 caracteres para que 1,4 millones de personas lo lean, también eligió el recibir respuestas y pensamientos que todas esas personas (y muchas otras más) tienen con respecto a usted, a sus textos, a sus canciones, a sus conciertos, a sus ideas y su desempeño en general. Es lo “lindo” de los medios sociales. Le guste o no en Twitter y otras plataformas similares (como Facebook o un blog) la comunicación es bidireccional. Entiendo que puede ser nuevo y abrumador, especialmente para un artista de fama mundial como usted donde recibe halagos sin cesar de miles o millones de personas. Pero usted debe de creerme: somos muchas personas que no necesariamente estamos de acuerdo con sus ideas.

Y eso está bien. Es democracia, es libertad de pensamiento. Yo mismo estoy en desacuerdo con aquellas personas que optaron por insultarlo, pero sería tendencioso solo leer eso y equipararlos con simples voces contrarias a su propio pensamiento. Eso sería un berrinche.

En su artículo menciona que los artistas tienen derechos. De hecho ha puesto la palabra en mayúsculas. Yo estoy de acuerdo con usted. Usted tiene derecho a hacer música, no tiene garantizado que va a ganar dinero con ella (pero sí tiene derecho a la posibilidad de que lo haga). Las personas que trabajan en la industria musical tienen derecho a hacerlo, pero no tienen derecho a que, sea lo que sea que hagan, mantengan una posición privilegiada en que siguen ganando dinero y si eso deja de suceder, se creen leyes para seguir garantizándolo. ¡Eso sería fascismo!

¿Usted realmente cree que los puestos de trabajo se han perdido porque la gente comparte canciones en internet. ¿Realmente ha optado por tener una posición tan pero tan ingenua? — ¿Usted cree que toda una industria audivisual puede caer por un único suceso? Es que el sentido común se rebela ante la idea misma. El modelo de negocio de las discográficas y los estudios penden de un hilo porque no han sabido renovarse, porque no son capaces de escuchar al consumidor y entender lo que ellos quieren. Nuevamente, ¡el consumidor es el rey!

La música, la cultura, el futuro cultural está a salvo. Hoy más que nunca se produce música genial, hoy más que nunca tenemos acceso a contenido creado en todo el mundo por medio de herramientas maravillosas como el internet que nos acercan más alla de los límites físicos. Hoy más que nunca puedo mostrarle mis gustos musicales a un inmenso número de personas y hacerls conocer bandas nuevas de las cuales me he enterado por otras recomendaciones o por medio de todos mis viajes. La cultura está a salvo.

La Ley Sinde me recuerda a un caso muy curioso que sucedió en Estados Unidos en 1945 cuando Thomas Lee y Tinie Causby estaban perdiendo gallinas a causa de vuelos a bajo nivel de aviones militares que pasaban por encima de su propiedad. A causa de ello demandaron al gobierno por allanamiento de sus terrenos.

Aunque los aviones nunca tocaban el suelo, técnicamente y de acuerdo a las leyes que existian en aquel año la pareja tenía razón. Pero además: estaban incurriendo en pérdidas por tal motivo. Resulta que En Estados Unidos la Ley de Propiedad Urbanística de Estados Unidos determinaba que el dueño de un terreno también lo era del espacio vertical, por encima y por debajo de la tierra.

Thomas Lee y Tinie Causby llevaron su caso a la Corte Suprema de Justicia que decidió en 1946, escucharlos, y uno de los jueces, de apellido Douglas determinó:

Esta doctrina no tiene lugar en el mundo moderno. El aire es un espacio público, como el Congreso declaró. Si no fuera cierto, cada vuelo transcontinental sería sujeto a innumerables demandas por allanamiento. El sentido común se rebela ante la idea. Reconocer este tipo de demandas como válidas interferiría seriamente con el desarrollo del interés público, y darle control privado a algo que solo debería ser público

El sistema legal de un país siempre debe adaptarse y auto-ajustarse al avance tecnológico de nuestra sociedad. Porque el sentido común se rebela ante la idea. Le recomiendo, querido Alejandro Sanz, que lea el libro Free Culture de Lawrence Lessig. Se traduce como Cultura Libre (y no Cultura Gratuita, no se me asuste…).

La tecnología apunta hacia una cultura más libre, hacia herramientas que nos permiten hacer más con las cosas que tenemos a nuestro alrededor. Hace falta que tanto las leyes como la industria audiovisual sepan acercarse a esa idea, adoptarla y aprovecharla.

En Estados Unidos, donde tengo entendido que usted vive hay casos claros de esto. iTunes Store y Netflix (que muy probablemente sean servicios que usted mismo usa) son ejemplos perfectos. En Europa existe un servicio llamado Spotify que permite escuchar música vía streaming con comerciales cada 30 minutos (¡como la radio!). Aquellos que no queremos escuchar la publicidad pagamos 10 euros al mes. Yo, de hecho, soy un cliente satisfecho.

Querido Alejandro Sanz, dudo mucho que usted aún siga leyendo, después de todo soy solo un consumidor más, un nerd, uno de esos a los que usted ha llamado fascista. Pero si aún está por aquí, me gustaría que supiera aprovechar mejor ese poder mediático que le ha dado el ser un artista reconocido por todo el mundo. Que sus artículos en medios de distribución masiva no se parezcan más a un berrinche de adolescente dolido porque en Twitter lo insultaron y que sepa escuchar todas las partes, que sepa darse cuenta que la tecnología puede ser extremadamente beneficiosa para usted. Que millones de personas alrededor del mundo pueden convertirse en consumidores de su música y de sus conciertos si sabe aprovechar las herramientas y permite que muchas más personas escuchen su música.

Somos muchos “talibanes”, como usted ha decidido llamarnos, dispuestos a sentarse con usted, y conversar tanto como sea necesario para que tenga un mejor entendimiento de estas leyes, de la tecnología, de cómo el internet está cambiándolo todo. Sin insultos, sin adjetivos peyorativos, sin peleas. Yo si creo que todos somos libres de tener opiniones y posiciones políticas o económicas. Después de todo creo que queremos lo mismo, usted como artista que su música sea escuchada por muchas más personas y yo como consumidor el poder escuchar música de muchos más artistas.

Con o sin leyes, con o sin la Sinde, con o sin cierre de webs hay una tendencia clarísima, inmensa, inconmensurable, imparable que quiere, necesita y requiere el poder tener acceso a contenidos audiovisuales de maneras nuevas que respondan a sus necesidades actuales. La pelota está de su lado, los artistas (o “creadores” como se hacen llamar) deben, de una vez por todas, dejar a un lado el discurso conservador alineado a un modelo de negocios que se ajustaba a las condiciones de mercado de la década de los 90s dictado por las discográficas y las SGAEs del mundo que sinceramente cada día los representan menos.

Hasta ese día, querido Alejandro.copio y pego

sábado, 15 de enero de 2011

DECLARACIÓN DE INDEPENDENCIA DEL CIBERESPACIO Por John Perry Barlow


Gobiernos del Mundo Industrial, vosotros, cansados gigantes de carne y acero, vengo del Ciberespacio, el nuevo hogar de la Mente. En nombre del futuro, os pido en el pasado que nos dejéis en paz. No sois bienvenidos entre nosotros. No ejercéis ninguna soberanía sobre el lugar donde nos reunimos.

No hemos elegido ningún gobierno, ni pretendemos tenerlo, así que me dirijo a vosotros sin más autoridad que aquélla con la que la libertad siempre habla. Declaro el espacio social global que estamos construyendo independiente por naturaleza de las tiranías que estáis buscando imponernos. No tenéis ningún derecho moral a gobernarnos ni poseéis métodos para hacernos cumplir vuestra ley que debamos temer verdaderamente.

Los gobiernos derivan sus justos poderes del consentimiento de los que son gobernados. No habéis pedido ni recibido el nuestro. No os hemos invitado. No nos conocéis, ni conocéis nuestro mundo. El Ciberespacio no se halla dentro de vuestras fronteras. No penséis que podéis construirlo, como si fuera un proyecto público de construcción. No podéis. Es un acto natural que crece de nuestras acciones colectivas.

No os habéis unido a nuestra gran conversación colectiva, ni creasteis la riqueza de nuestros mercados. No conocéis nuestra cultura, nuestra ética, o los códigos no escritos que ya proporcionan a nuestra sociedad más orden que el que podría obtenerse por cualquiera de vuestras imposiciones.

Proclamáis que hay problemas entre nosotros que necesitáis resolver. Usáis esto como una excusa para invadir nuestros límites. Muchos de estos problemas no existen. Donde haya verdaderos conflictos, donde haya errores, los identificaremos y resolvereremos por nuestros propios medios. Estamos creando nuestro propio Contrato Social. Esta autoridad se creará según las condiciones de nuestro mundo, no del vuestro. Nuestro mundo es diferente.

El Ciberespacio está formado por transacciones, relaciones, y pensamiento en sí mismo, que se extiende como una quieta ola en la telaraña de nuestras comunicaciones. Nuestro mundo está a la vez en todas partes y en ninguna parte, pero no está donde viven los cuerpos.

Estamos creando un mundo en el que todos pueden entrar, sin privilegios o prejuicios debidos a la raza, el poder económico, la fuerza militar, o el lugar de nacimiento.

Estamos creando un mundo donde cualquiera, en cualquier sitio, puede expresar sus creencias, sin importar lo singulares que sean, sin miedo a ser coaccionado al silencio o el conformismo.

Vuestros conceptos legales sobre propiedad, expresión, identidad, movimiento y contexto no se aplican a nosotros. Se basan en la materia. Aquí no hay materia.

Nuestras identidades no tienen cuerpo, así que, a diferencia de vosotros, no podemos obtener orden por coacción física. Creemos que nuestra autoridad emanará de la moral, de un progresista interés propio, y del bien común. Nuestras identidades pueden distribuirse a través de muchas jurisdicciones. La única ley que todas nuestras culturas reconocerían es la Regla Dorada. Esperamos poder construir nuestras soluciones particulares sobre esa base. Pero no podemos aceptar las soluciones que estáis tratando de imponer.

En Estados Unidos hoy habéis creado una ley, el Acta de Reforma de las Telecomunicaciones, que repudia vuestra propia Constitución e insulta los sueños de Jefferson, Washington, Mill, Madison, DeToqueville y Brandeis. Estos sueños deben renacer ahora en nosotros.

Os atemorizan vuestros propios hijos, ya que ellos son nativos en un mundo donde vosotros siempre seréis inmigrantes. Como les teméis, encomendáis a vuestra burocracia las responsabilidades paternas a las que cobardemente no podéis enfrentaros. En nuestro mundo, todos los sentimientos y expresiones de humanidad, de las más viles a las más angelicales, son parte de un todo único, la conversación global de bits. No podemos separar el aire que asfixia de aquél sobre el que las alas baten.

En China, Alemania, Francia, Rusia, Singapur, Italia y los Estados Unidos estáis intentando rechazar el virus de la libertad erigiendo puestos de guardia en las fronteras del Ciberespacio. Puede que impidan el contagio durante un pequeño tiempo, pero no funcionarán en un mundo que pronto será cubierto por los medios que transmiten bits.

Vuestras cada vez más obsoletas industrias de la información se perpetuarían a sí mismas proponiendo leyes, en América y en cualquier parte, que reclamen su posesión de la palabra por todo el mundo. Estas leyes declararían que las ideas son otro producto industrial, menos noble que el hierro oxidado. En nuestro mundo, sea lo que sea lo que la mente humana pueda crear puede ser reproducido y distribuido infinitamente sin ningún coste. El trasvase global de pensamiento ya no necesita ser realizado por vuestras fábricas.

Estas medidas cada vez más hostiles y colonialistas nos colocan en la misma situación en la que estuvieron aquellos amantes de la libertad y la autodeterminación que tuvieron que luchar contra la autoridad de un poder lejano e ignorante. Debemos declarar nuestros "yos" virtuales inmunes a vuestra soberanía, aunque continuemos consintiendo vuestro poder sobre nuestros cuerpos. Nos extenderemos a través del planeta para que nadie pueda encarcelar nuestros pensamientos.

Crearemos una civilización de la Mente en el Ciberespacio. Que sea más humana y hermosa que el mundo que vuestros gobiernos han creado antes.

Davos, Suiza. 8 de febrero de 1996
copio y pego

martes, 11 de enero de 2011


Zapatero...Basta de Tonterías por favor

Vamos a ver, ¿Que está haciendo hoy la Ministra Sinde, esa que pagamos con nuestros impuestos? ¿Que no lo sabes? te lo digo yo, perder el tiempo como acostumbra.

Soy consciente de la limitaciones de la Ministra así como de que tus amigos de La Ceja te pidieron Minstros/as y la verdad es que cada vez te superas, ésta hasta ha sido denunciada por la AI por posible prevaricación.

Me gustaría que la llamaras al Móvil y que dejara de perder el tiempo y buscara algo útil que hacer, por ejemplo averiguar porqué la SGAE tiene "entretenida" una actuación de la Agencia Tributaria contra ella hace más de 10 años.

Está reunida, y haciendo perder el tiempo, con Industria, Asimelec y entidades gestoras para tratar el tema canon...¿Que canon? vamos a ver, a mi me cuesta 8 cts cada cd y 18 cada dvd, sin canon y por desgracia sin IVA es lo que pasa cuando se gobierna contra el pueblo, acaba ganando el pueblo siempre.

Si los internautas compramos en Internet, la gente de los barrios en las tiendas y bazares asiáticos ¿Quien paga el canon? pues ahora que ya las empresas y personas jurídicas no pagan así como la administración, nos quedan familias acomodadas a las que el hijo les dice "Papa, Mama, me he quedado sin cds o dvds" y se van a la Fnac o al Corte Inglés y a comprar con canon.
¿Es ésta la finalidad de ese abuso llamado canon? ¿Que se hayan cerrado las 5 fábricas que teníamos en España de soportes? no paran de quejarse de la pérdida de empleos (por otra parte lógica por la Tecnología) trabajos que son ya totalmente prescindibles puesto que hoy cualquier autor se publica en Internet él mismo.
Un par de apuntes...
http://www.internautas.org/html/6504.html
http://www.elpais.com/articulo/opinion/Canon/digital/elpepuopi/20110110elpepiopi_4/Tes
Repasen eso por favor, podemos y lo haremos, comprar en Europa y no solo no pagaremos canon sino que el IVA se quedará fuera.
¿PARA QUIEN TRABAJA ÉSTE GOBIERNO, PARA LOS CIUDADANOS O PARA LA SGAE?

y, SI QUIERE, CUMPLA SU PALABRA Y LES DA, TAL Y COMO LES GARANTIZÓ, 105 MILLONES DE EUROS AL AÑO del pueblo español A LAS ENTIDADES DE GESTIÓN Y A VER COMO LO JUSTIFICA ANTE EL PUEBLO Y LA OPOSICIÓN
Cualquiera pensaría, que Ud gobierna para las entidades de desgestión, ya se que anda Ud. muy ocupado y se le escapan cosas, ¿Ha visto Ud. la situación crítica que sufre España? ¿Las penurias de muchas familias españolas? ¿Que enmedio de todo esto la SGAE no para de realizar inversiones en palacetes?¿Que Bautista se retira éste año con casi 300.000 euros al año de pensión? ¿Que el pueblo Español, al que Ud. se debe, no comprende nada de esto?¿Que cuando los Autores están tan mal (Excepto alguno que evade dinero a paraisos fiscales) la Sociedad que los gestiona esté tan boyante?

"POR SUS ACTOS LES CONOCERÉIS"

Salud y Fuerza, somos más y mejores.fimica,carlosues.copio y pego

viernes, 7 de enero de 2011

Los días contados del canon digital
Josep Jover, el abogado que derrotó a las entidades de gestión en Europa, advierte la justificación de la tasa ya no se sostiene tras la sentencia del TJUE



Alberto OJEDA | Publicado el 06/01/2011

Josep Jover es el abogado que le ganó el pulso del canon digital a las entidades de gestión españolas ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE). Él asesoró jurídicamente a la pequeña tienda de productos informáticos que se rebeló contra el pago forzoso de esta tasa, que pretende indemnizar a los autores por las copias ilícitas de sus obras (en cedés, discos duros, lápices USB, deuvedés...). Los jueces comunitarios le dieron la razón. En sentencia del 21 de octubre de 2010 determinaron que cobrarla a empresas, profesionales y administraciones públicas contradecía la normativa europea y, en consecuencia, su aplicación indiscriminada en España debía corregirse.

Detectives tras sus pasos
La SGAE, y las otras entidades de gestión que se personaron en el proceso (AIE, AGEDI, CEDRO y EGEDA), perdieron así una importante fuente de ingresos. Cuenta Jover que ser la cabeza visible de este proceso le ha supuesto alguna que otra desagradable sorpresa. Como ser perseguido por detectives presuntamente pagados por la SGAE. “Me lo advirtió un medio de comunicación que me hizo una entrevista. Se enteraron porque ellos también los habían contratado para otro asunto y me lo contaron”, explica.

El fallo del TJUE obliga al Gobierno a mover sus fichas. Tiene que reformar la regulación de la “compensación equitativa por copia privada” (denominación técnica del canon digital). Su primer paso es la reunión que ha convocado para el próximo miércoles. Asistirán el director general de telecomunicaciones y Sociedad de la Información, Juan Junquera; el de la patronal tecnológica AMETIC, José Pérez; el de Industrias Culturales de Cultura, Santos Castro, así como técnicos de la SGAE.

El fin de la copia privada
Jover, presidente de APEMIT (Asociación Española de Pequeñas y Medianas Empresas de Informática y Nuevas Tecnologías) lamenta una paradoja: “Nosotros, que hemos propiciado la reforma legal, nos quedamos fuera de la negociación”. Y advierte: “Es un error porque no se dan cuenta que el cumplimiento real de lo que ellos acuerden depende de nosotros”. Pero el jurista catalán no se limita a cuestionar la formulación legislativa del canon y le da otra vuelta de tuerca al entuerto que plantea: “La realidad es que la copia privada es una costumbre que está en franca decadencia y que seguramente acabe desapareciendo”.

Este vaticinio lo funda en el hecho de que el acceso a películas o canciones se realiza cada vez más a través de sistemas como el streaming, que no requiere completar una descarga sobre soporte alguno (ni sobre un cedé, ni sobre un lápiz USB, ni sobre un disco duro...). La implantación y avance de esta modalidad (y otras análogas) de distribución de archivos de audio y de vídeos diluye el hábito de la copia privada y, por tanto, debilita también la justificación del canon.

Los estragos del canon en el sector informático
Jover lamenta “los estragos” que esta tasa ha ocasionado en el sector informático. “Cuando asumí la presidencia de APEMIT eran alrededor de 1.500 negocios los que estaban asociados y abiertos al público. Ahora rondan los 500. En total se han perdido unos 50.000 puestos de trabajo”. Si se le pregunta qué incidencia ha tenido el canon en estas desastrosas cifras, pone un ejemplo muy significativo: “En una tienda gravada con el canon un paquete de 100 deuvedés cuesta unos 130 euros. En un chino, que no paga el canon, puede costar unos 35. Cada deuvedé, tras la regulación de 2006, está gravado con 76 céntimos”.

Ya son varias instituciones públicas las que han encargado Jover que exija ante los tribunales la devolución del cobro (indebido, según el TJUE) del canon. En esas reclamaciones se le abre un frente inquietante a las entidades de gestión. Si la administración de Justicia estima procedente el reembolso retroactivo, es muy posible que las reclamaciones sean muy numerosas. Además, Jover cree que él último reducto fuera de la exención de pagar canon, las personas físicas, también tienen sus opciones jurídicas para librarse de esta carga fiscal. “El TJUE dice que entre la obligación pagar el canon y la copia privada debe haber una relación de causa y efecto. Hacer la copia debe implicar el pago del canon. Pero si la persona física demuestra que el soporte adquirido no lo va a destinar a copiar contenidos protegidos (porque por ejemplo lo va a utilizar sólo para sus tareas académicas), entonces está en su derecho de negarse a pagarlo”.

Denucia de "apropiación indebida"
El trabajo de Jover en este campo parece inagotable. De hecho, el próximo lunes tiene previsto presentar en el Senado un informe en el que denuncia, a partir de datos oficiales de la Comisión Nacional de Competencia, una supuesta “apropiación indebida” de fondos recaudados por las entidades de gestión. En particular, aquellos pertenecientes a autores que es imposible identificar o cuya obra pertenece ya al dominio público. “Es un dinero que cuando ha prescrito el derecho a reclamarlo, en lugar de devolverlo a quien lo ha pagado, se lo quedan”, afirma. En ese informe, Jover exige una mayor fiscalización del 20% de los recursos obtenidos en concepto de canon y que según la ley deben servir para “financiar actividades asistenciales de sus socios y a fomento de la cultura”.El cultura.es.copio y pego